¿Quienes Somos?

 

Una familia que vive en el caserío y del caserío. En el caserío Pikunieta.

 

Somos pastores, y vivimos del trabajo que hacemos con las ovejas. Nuestro rebaño es pequeño, 160 cabezas, y podemos decir que está hecho a nuestra medida; es decir, ajustado a nuestras necesidades y capacidades. Y es que si no estamos en época de hacer queso, solemos estar sólo nosotros cinco; pero siempre viene alguien a ayudar, a aprender o a pasar unos días… sobre todo a través de la red wwoof.

Gracias a esas personas que suelen venir en la época de corderos y queso, podemos llevar un ritmo algo más tranquilo. Y es que el trabajo relacionado con las ovejas no es el único que tenemos. Vivir aquí trae consigo otros trabajos; por ejemplo, los viajes que hay que hacer con los niños. Viviendo en el monte, las distancias no se pueden medir sólo en kilómetros, también hay que medirlas en tiempo. Eso es lo que nos ofrece esa ayuda que nos viene de fuera: tiempo.

La convivencia con las wwoofers es muy enriquecedora, tanto para nosotros como para nuestros hijos e hija, ya que, a menudo, es gente con experiencias muy diferentes, y las razones para acercarse al pastoreo son muy distintas.

Verdaderamente recomendable.

Una familia que vive en el caserío y del caserío. En el caserío Pikunieta.

 

Somos pastores, y vivimos del trabajo que hacemos con las ovejas. Nuestro rebaño es pequeño, 160 cabezas, y podemos decir que está hecho a nuestra medida; es decir, ajustado a nuestras necesidades y capacidades. Y es que si no estamos en época de hacer queso, solemos estar sólo nosotros cinco; pero siempre viene alguien a ayudar, a aprender o a pasar unos días… sobre todo a través de la red wwoof.

Gracias a esas personas que suelen venir en la época de corderos y queso, podemos llevar un ritmo algo más tranquilo. Y es que el trabajo relacionado con las ovejas no es el único que tenemos. Vivir aquí trae consigo otros trabajos; por ejemplo, los viajes que hay que hacer con los niños. Viviendo en el monte, las distancias no se pueden medir sólo en kilómetros, también hay que medirlas en tiempo. Eso es lo que nos ofrece esa ayuda que nos viene de fuera: tiempo.

La convivencia con las wwoofers es muy enriquecedora, tanto para nosotros como para nuestros hijos e hija, ya que, a menudo, es gente con experiencias muy diferentes, y las razones para acercarse al pastoreo son muy distintas.

Verdaderamente recomendable.